Creo que puedo decir sin miedo a equivocarme que hay tantas recetas de empanadillas como casas. Cada persona le da su toque tanto al relleno como a la masa.
En mi casa antes de que la celiaquía apareciese en nuestras vidas y trastocase nuestros hábitos era común ir al horno de pan, comprar medio kilo de masa de la que el panadero tenía en la amasadora, llegar a casa estirar la masa y rellenar las empanadillas. De hecho hay sitios por mi pueblo donde venden este tipo de empanadillas. Si vivimos en Madrid el primer problema que nos encontramos es que no hay hornos de panaderos donde comprar masa de pan. Y así vamos tirando de obleas con más o menos éxito.
Echaba mucho de menos las empanadillas “de toda la vida”, y ayer haciendo limpieza de harinas en la alacena de mi madre encontré un paquete de harina de Schär Mix B y decidí probar. El resultado a la vista os o dejo.
He hecho un minitutorial para que os sea sencillo y veáis cómo las hacemos en casa.
Ingredientes:
225 gramos de Mix B de Schär
75 gramos de harina de maíz (ojo no confundir con almidón)
200 gramos de agua
200 gramos de agua
10 gramos de levadura seca de panadero
10 gramos de Aceite de Oliva Virgen Extra
6 gramos de sal
Preparación:
En un bol ponemos las harinas con la levadura y la sal. Pesamos el agua y el AOVE y lo añadimos en el centro de las harinas donde habremos hecho un hueco.
Empezamos mezclando con cuchara para posteriormente volcarlo en la encimera que habremos espolvoreado con una nube de harina (me gusta hacerlo con harina de arroz que es muy fina) y terminamos de amasar con las manos hasta que la masa quede fina y suave. Como veis en la foto.
La tapamos y dejamos que fermente y doble el volumen.
Masa antes de la fermentación |
Masa fermentada |
Corte de la masa |
Empezamos a estirar con rodillo. Yo hice dos partes para trabajar la masa mejor y como podéis ver en las fotos cogí una taza para dar la forma (modo casero total), si os quedan un poco gorditas las obleas podéis estirarla un poquito una vez cortada. Retiráis el exceso de masa lo volvéis a amasar y formáis más obleas. ¡¡Aquí no se tira nada!!
Estiramos la masa con rodillo |
Masa estirada lista para cortar |
Cortamos la masa |
Hay que retirar el exceso de masa |
Rellenamos con lo que más nos guste, en este caso hice un relleno con atún, cebolla, huevo duro, aceitunas y tomate. Hay que tener cuidado de no rellenarlas en exceso y que el relleno no sea demasiado grasiento para que no se nos empape la masa. Las cerramos con un tenedor teniendo cuidado de que no queden huecos por los que puedan abrirse.
Añadimos el relleno |
Cerramos con cuidado de no dejar aberturas |
Listas para freír |
Freímos en aceite de oliva, hay que tener cuidado con la temperatura, si está demasiado frío se “cuecen” y se llena de grasa y si está demasiado caliente se nos quedan demasiado tostadas así que hay que coger el punto a la temperatura.
Escurrimos en papel de cocina y dejamos enfriar.
Os cuento que se puede congelar la masa, las obleas ya preparadas y las empanadillas fritas. Así que nos dan juego para pegarnos un día de trabajo y tener apaños en la nevera.