Hay mil maneras de prepararlas, nosotros tenemos nuestra forma propia, sin demasiados condimentos para evitar que su sabor se pierda entre otros más intensos. No les pongo jamón nunca a vieiras, almejas o cualquier otro marisco porque para mi pierden el sabor tanto el marisco como el jamón.
Esta es la versión de receta singlu, hasta ahora en casa se hacía con pan rallado glutanero y sin tener precaución con las pastillas de caldo que se ponían. Mis queridos amigos glutaneros podéis preparar la receta con pan rallado normal y pastilla de caldo de las que utilicéis habitualmente en casa.
Como podéis ver yo sigo adaptando mi cocina de siempre a nuestras nuevas necesidades.
Esta receta puede ser apta para personas intolerantes a la lactosa o alérgicas al huevo, pero hay que tener la precaución de utilizar un pan rallado que no contenga ninguno de estos ingredientes. Bien comprobándolo en las etiquetas o bien preparando pan rallado con alguno que hagamos en casa y así nos aseguramos de la ausencia de estos ingredientes y sus trazas. Por ejemplo el pan rallado de la marca ADPAN no contiene gluten, lactosa, proteína de leche de vaca, huevo, soja ni frutos secos. Es una buena opción.
Ingredientes
Una docena de vieiras
Seis cebollas medianas
Tres dientes de ajo
Una pastilla de caldo (yo utilicé santiveri)
Colorante (Hacendado es apto)
Aceite de oliva
Vaso de vino blanco (yo utilicé Martín Codax un estupendo Albariño)
Pan rallado (yo utilicé Beiker)
Preparación
Cortamos las cebollas y los dientes de ajo en trozos pequeños.
Los pochamos muy muy lentamente en la sartén con aceite de oliva, le ponemos la pastilla de caldo y dejamos que se disuelva.
Cuando está bien pochada le añadimos un buen chorro de vino blanco y el colorante y dejamos que se evapore el vino. En este momento podemos poner el horno a precalentar a 180 grados. Rectificamos la sal, y mientras el horno se calienta rellenamos las vieiras, y las cubrimos con pan rallado.
Las metemos en el horno al horno a 180 grados, primero calor sólo abajo, durante 20 minutos y cuando están casi hechas las ponemos a gratinar, para que se tueste el pan rallado.
Deliciosas, os lo garantizo.
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