Hoy traigo mi versión de las típicas torrijas de Semana Santa. Las torrijas han sido siempre un postre de aprovechamiento del pan duro. En mi casa caían casi todas las semanas cuando éramos pequeños. Que sepáis que mi mami se hacía unas mojadas en vino tinto para los adultos que a nosotros nos estaban vetadas.
La versión de torrijas que traigo hoy tienen la particularidad de que no se fríen sino que se hornean, y con ello conseguimos quitar toda la grasa que queda después de freírlas.
Esta recetiña vale tanto para personas celíacas como para no celíacos. Si no eres celíaco sólo tienes que utilizar el pan que más te guste para hacerlas. En mi caso utilicé la barra de Beiker y no salen malas. Es complicado conseguir un pan rico sin gluten para unas buenas torrijas.
Ingredientes:
Pan para torrijas (yo utilicé la barra de Beiker)
Un bote pequeño de leche condensada
Dos huevos
Agua
Preparación:
Cortamos el pan en rebanadas no demasiado finas y reservamos.
En un bol ponemos la leche condensada y una medida de agua del bote de leche condensada. Mezclamos bien. Añadimos los dos huevos batidos.
Introducimos las torrijas hasta que estén bien empapadas poniendo cuidado de no pasarnos o se nos romperán. Las pasamos a una bandeja de horno.
Horneamos durante 5 minutos con la función grill, sacamos, damos la vuelta y otros 5 minutos.
Si queréis que queden de lo más jugosas las podéis guardar con un poco de almíbar, yo lo hago con azúcar de caña.
Podéis espolvorearlas con canela si os gusta.
Y ya están listas…. ¡a disfrutar!
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