En mi entrada de hoy voy a hablaros de un restaurante mágico.
Quienes me seguís y me conocéis sabéis que no suelo publicar entradas sobre restaurantes ni rincones para salir sin gluten, más que nada porque ser mamá de una niña de tres años limita y condiciona bastante las salidas, y si son nocturas mucho más.
Este restaurante lo conozco hace tiempo, y no dejamos pasar un año sin ir al menos una vez. Para una amante de la música como yo es una maravilla poder cenar deleitándose con las fantásticas voces de los cantantes de La Castafiore.
La última vez que estuve cenando yo todavía no era celíaca. Matizo esto último, todavía no sabía que soy celíaca, y mi pensamiento durante toda esa cena fue contínuo… “Cuando mi niña sea mayor se perderá esto”.
Cuando hice la última reserva para celebrar mi cumpleaños estaba en plena fase de diagnóstico y mi sorpresa fue muy grata cuando al entrar en la página web de La Castafiore encontré el logo de la Asociación de Celíacos y Sensibles al gluten de Madrid. Y ¡menos mal! porque tres días antes de la cena llegó el diagnóstico de celiaquía positivo.
En La Castafiore podréis disfrutar de una cena exquisita a la luz de las velas, acompañada de las magníficas voces de los cantantes que amenizan las cenas. Disfrutaréis de Zarzuelas, Arias magistrales, cantaréis, bailaréis, brindaréis, soñaréis… Todo esto sin salir de su comedor, y en pleno centro de Madrid.
Esta es la carta sin gluten de la que disponen.
Nosotros elegimos de primero y para compartir la ensalada de salmón y langostinos, y yo de segundo me decidí por el bacalao al Pil pil. No me neguéis que los platos son una delicia. De postre tomé Mousse de leche condensada marrón, y disculpad que no os enseñe como venía antes de empezarlo porque cuando me acordé de la foto ya había caído más de la mitad.
Y para que os hagáis una idea de cómo son las cenas de La Castafiore os dejo un montaje de algunos de los mejores momentos de la noche mientras estábamos cenando. La calidad de las grabaciones no es la mejor del mundo, pero creo que os servirá para haceros una idea de cómo son las cenas mágicas de un restaurante diferente y extraordinario donde cantamos (unos mejor que otros), brindamos (al son del brindis de La Traviatta), soñamos, nos emocionamos y todo esto sin gluten.
¿Os lo váis a perder?
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