Últimamente he leído en varios grupos de facebook pequeños detalles que son tan imperceptibles que a veces ni nos damos cuenta de ellos. Hay quien sí había pensado en ello, otros en cambio, entre los que me incluyo, no nos habíamos dado cuenta de que hay pequeñas cosas que son importantes para nosotros.
Por eso he decidido recopilarlos, porque pienso que estas cosas necesitan difusión al máximo para que la gente esté lo más informada posible.
Además de las precauciones más comunes, no colocar pan glutanero encima de una tapa sin gluten, de no andar con las paneras por encima de la comida para evitar que caigan migas. De limpiar el horno en profundidad si antes de cocinar algo sin gluten hemos hecho algo con gluten, de tener los alimentos sin gluten guardados aparte de los que tienen gluten. De utilizar siempre aceites limpios para la comida sin gluten, de tener una tostadora aparte para el pan sin gluten y con gluten, o bien utilizar bolsas de tostar, además de desterrar todos los utensilios de madera de nuestra cocina… Madre mía qué lista más grande ¿verdad?
Tengo la idea de que comprar la carne en una carnicería de confianza siempre es mejor que los envasados de los grandes hipermercados, y así suelo hacerlo. No había caído en el detalle de que generalmente en casi todas las carnicerías se venden empanados de diversas variedades, croquetas, filetes, cuando no lasañas y otros productos elaborados cargados de gluten. Esto requiere por parte de nuestro carnicero tener un cuidado extremo cuando tratan la carne que vamos a consumir nosotros.
Un detalle que me sorprendió y leí en algún grupo es que en las carnicerías utilizan pan duro para limpiar la máquina de picar el pan. Yo eso no lo había escuchado jamás pero ante la duda, lo consulté con mi carnicero. Me dijo que ellos nunca hacían eso, y me quedé más tranquila. Pero como siempre digo en estos casos, ante la duda mejor preguntar, vale más pasarse de precaución y preguntar, aunque a veces suponga para nosotros pasar un poco de apuro.
Otro pequeño detalle que leí el otro día y que viene muy al caso ahora que llega el verano es la compra de melón o sandía cortados. Es lo que hacemos casi todos porque ocupan muchísimo en la nevera y es más cómodo llevarlos por mitades. Bien, pues alguien comentó en algún grupo que en Mercadona (el templo de los celíacos, según los no celíacos) estaban cortando los melones y sandías en el mesado donde despachan el pan. Menudo peligro. El otro día sin ir más lejos mi frutero al ir a cortar el melón lo puso sobre el mesado donde colocan el pan, y me tocó pedirle que por favor lo cortase en otro sitio por el riesgo que ello suponía, dándole todas las explicaciones del mundo. Generalmente la gente es amable y atiende nuestras peticiones. A veces pienso que dirán cuando me ven entrar, aquí viene “la rarita” (esto viene muy al hilo de algo que publicó hoy Glutoniana en su blog sobre los celíacos, “esos personajes extraños que hacen cosas raras“) leedlo que os echaréis unas risas).
Y este es otro detalle, este es cosecha de mi madre que está a la que salta con la contaminación cruzada. En Galicia es típico ir a comer el pulpo, que cómo bien sabéis se sirve en platos de madera. ¿Y que solemos hacer cuando el pulpo se termina? Mojar el pan en el aceitillo que queda en el plato. ¿Hay algo más rico? Pues como bien sabemos, la madera es porosa y difícil de limpiar, por lo que yo tengo claro que a partir de ahora cuando vaya a tomar pulpo con la peque lo pediré en un plato que no sea de madera. Cuantos menos riesgos corramos mejor.
Al final todo se reduce a lo de siempre, extremar las precauciones, y una limpieza absoluta, y no estoy diciendo con esto que seamos cochinos y tengamos la carnicería, el menaje, o las cocinas sucias, es que cuando se trata de gluten y contaminación cruzada toda precaución es poca.
Y vosotros ¿tenéis algún pequeño detalle de esos que se nos escapan a veces?
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