Hoy traigo otra receta de las de casa de toda la vida (de la abuela Mary) con una pequeñísima adaptación al mundo singlu. Son unas pechugas de pollo con tomate y mozzarella. Es una receta muy buena para los que tenemos niños porque se lo comen de maravilla.
El único cambio que tuve que hacer en esta receta es el rebozado de las pechugas de pollo, sustituí la harina de trigo por harina de arroz y tener precaución al comprar la mozzarella (cualquier otro queso loncheado singlu es válido).
La salsa de tomate la hago casera, en este caso utilicé tomates cherrie cultivados por mi padre y os garantizo que la salsa de tomate de cherries es simplemente espectacular, supongo que al ser más pequeñitos el sabor está más concentrado. Si compráis la salsa hay que comprar una que sea apta.
Ventajas de este plato, que lo podemos preparar el día anterior y darle el horneado en el momento de comer. Particularmente me encantan este tipo de comidas que podemos dejar preparadas con antelación porque nos dan mucho margen cuando queremos hacer otras cosas. Así no tenemos que estar pendientes de la cocina.
Ingredientes:
Pechugas de pollo
Mozzarella (o cualquier otro queso loncheado apto nos sirve)
Salsa de tomate
Harina de arroz
Huevo
Aceite de oliva
Preparación:
Salpimentamos las pechugas de pollo a gusto (yo utilizo una mezcla de sal, ajo y perejil) rebozamos en harina, huevo y freímos.
Las colocamos en una fuente de horno, las cubrimos con el queso y salseamos con la salsa de tomate.
Lo metemos en el horno el tiempo justo para que el queso se funda y ¡a la mesa!
En esta ocasión lo acompañé con un poco de arroz blanco.
Receta fácil, resultona y que a los niños les encanta.
¡Buen provecho!
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