Hoy estoy enfadada. Muy enfadada. Y eso que el temporal ha pasado y he asentado un poco mis ideas y lo que quiero transmitir aquí, que como sabéis es, en algunas ocasiones, mi zona de descarga.
Ayer por la mañana saltaba una polémica en RSS cuando una persona, de quien me voy a reservar nombre y blog para no hacerle más publicidad (que en el fondo es lo que busca), demonizaba a la Semana del Pincho de Navarra que este año presentará un 44% de pinchos libres de gluten.
Os voy a copiar textualmente su entrada en Facebook:
“No, no quiero comida para celíacos. Y no, tampoco tengo que ser solidaria con su causa, menos cuando la mayoría de los que reivindican una gastronomía a su medida, son personas que no tienen un diagnóstico de celiaquía.
Mientras algunos celebran que cada vez se ofrezca más comida para celíacos, el 44% de las elaboraciones de la Semana del Pincho son sin gluten, algunos empezamos a sublevarnos cuando se impone un modelo donde prima la salud ajena (la que algunos se han inventado tener ya que sólo 1% es celíaco y el resto de supuestas patologías no tienen prueba diagnóstica), antes que la gastronomía.
No me interesa nada de nada comer un pincho al que se le han sustituido ingredientes, probablemente más gustosos y de mejor textura, por otros aptos para una enfermedad que no me afecta. No tengo que comer como una enferma, porque no estoy enferma, así que no tengo intención de probar ese 44% de pinchos sin gluten en el que se paga un peaje gastronómico a favor de la salud de una sociedad desquiciada con la alimentación.
Mi respeto a los celíacos y a su enfermedad (a los diagnosticados como tal mediante biopsia intestinal), pero no para los que se han apuntado de forma muy arrebatadora y pasional, a una moda que hace que la gastronomía sea peor.
¡Yo amo gluten!”
Vamos por partes porque tengo varias cosas que decir a esta persona y a otras muchas que piensan como ella y así nos lo hicieron ver en su muro.
Antes de escribir un post tan polémico como este lo primero que debe hacer usted es informarse. Los celíacos no somos una “panda de neuróticos ya que sólo el 1% de la población es celíaca” (textualmente extraído de comentarios posteriores en RSS), somos enfermos, diagnosticados con biopsia o no. Quizá no sepa usted que a día de hoy no es determinante la realización de la misma, en según el casos y dependiendo de la historia clínica del paciente se puede hacer un diagnóstico correcto sin una prueba tan invasiva como esta. Dicho esto yo tengo una biopsia positiva, vamos que entro dentro del lote de los celíacos “no neuróticos” (por favor leed esto con el tono irónico que pretendo darle).
Quizá usted no sepa que la celiaquía es una ENFERMEDAD AUTOINMUNE, que se desencadena por la ingesta de gluten y que si no es tratada a tiempo (dieta sin gluten) conlleva otras patologías asociadas con una merma en la calidad de vida importante. Entre las enfermedades asociadas a la celiaquía está el Linfoma, Diabetes tipo I, Lupus, variedad de enfermedades de tipo intestinal, de la piel, problemas ginecológicos, disfunciones tiroideas. ¿Empezamos a ser un poquito menos neuróticos?
Que hay muchas personas que no consumen gluten sin ser celíacos, efectivamente, existen otras patologías asociadas a la ingesta de gluten. Sensibilidad al gluten no celíaca (esto supone un 6% de la población y no son neuróticos está clínicamente demostrada la existencia de esta patología). Pero además ahora mismo hay ESTUDIOS CONCLUYENTES que vinculan la ingesta de gluten a enfermedades neurodegenerativas, como puede ser la esclerosis múltiple o la fibromialgia, el autismo… ¿sigo? Ese 1% de celíacos, o personas que por uno u otro motivo tienen que dejar el gluten de lado, aumenta si sumamos todas estas patologías.
Esta sociedad “desquiciada por la alimentación”, por fin empieza a tomar conciencia a base de campañas promovidas desde el Ministerio de Sanidad, de que la alimentación es fundamental en el mantenimiento de nuestra calidad de vida y en el desarrollo de cuatro enfermedades que se están convirtiendo en una pandemia en el siglo XXI, el cáncer, la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, están directamente ligadas con nuestro estilo de vida y nuestro tipo de alimentación (que será con o sin gluten pero no siempre es todo lo saludable que debería). Fruto de ello es que precisamente ayer se presento la nueva pirámide nutricional de alimentación saludable, y créame le digo todo esto con conocimiento de causa, ya que actualmente estoy estudiando Nutrición saludable y Planificación Alimentaria.
Demostrando una falta de documentación absoluta habla usted en respuestas que da en sus RSS de neurociencia, y de que “en África esta supuesta enfermedad no existe”. Vaya por Dios, voy a desmontar con datos sus teorías. ¿Sabe usted que entre la población Saharaui la prevalencia de la enfermedad celiaca supera el 5%? Igual es que el Sahara ahora no pertenece a África. (Esto léase con ironía por favor). Quizá usted se refiera a esa África masacrada por las hambrunas donde un celíaco no sobreviviría a un brote producido por la ingesta de gluten (esto es una reflexión mía pienso que no está exenta de lógica).
Y por último, que la celiaquía puede aparecer en cualquier momento de la vida, y que nadie, ni siquiera usted está libre de que su salud empiece a deteriorarse a ojos vista y que el diagnóstico sea de celiaquía o sensibilidad al gluten y que entonces no pueda seguir atiborrándose de gluten.
Y ahora vamos a tocar otro palo, la gastronomía sin gluten. La ignorancia es tan atrevida que nos permite decir a veces cosas que no tienen pies ni cabeza. Cuando dice que no le interesa probar un pincho en el que se han sustituido ingredientes por otros probablemente menos sabrosos, ¿sabe usted que carnes, pescados, frutas, verduras, quesos, lácteos, mariscos son libres de gluten en estado natural? ¿Sabe usted que un tomate frito “sin gluten” probablemente sea más sano y natural que uno con gluten ya que en su elaboración tradicional no intervienen más que alimentos que por naturaleza no contienen gluten? ¿Ha probado usted panes sin gluten de verdad? De los buenos. Estoy segura de que probaría algunos a ciegas y que sería incapaz de distinguir si llevan gluten o no.
Quiero reflexionar también sobre la falta de empatía. Ayer me di cuenta de por qué muchas cosas en nuestro mundo funcionan como funcionan, y es que “yo no tengo que solidarizarme con su causa”, si funcionamos así con tantas y tantas cosas que nos rodean, es posible un mundo mejor ¿de verdad? ¿Qué valores transmitimos a los que vienen detrás y que son el futuro? Ayer en los comentarios posteriores a la publicación llegué a leer quien decía que cómo es posible que en un comedor escolar den comida sin gluten. Algunos incluso comentaron que ellos no tienen porque pagar el exceso de coste de nuestra comida. Estos no saben que los celíacos nos costeamos nosotros solitos nuestra enfermedad, que nadie nos da un duro y que nuestra medicina, que es nuestro alimento, no está subvencionado por nadie. Visto así ¿por qué yo con mis impuestos tengo que colaborar para pagar los tratamientos de cáncer si yo no lo tengo? ¿O la autovía de va hacia Pamplona desde Madrid si no circulo por ella? (Por favor vuelvo a estar utilizando la ironía no me malinterpretéis) Para qué vamos a solidarizarnos con nadie, mientras no tengamos ese problema. Esta es la sociedad que tenemos. En fin… no quiero seguir que me enciendo y no quiero escribir cosas de las que pueda arrepentirme y que me hagan perder las formas.
¿Qué hacemos con esos celíacos que no pueden comer con seguridad en un restaurante con sus amigos y familias? ¿Los encerramos y tiramos la llave al mar? GRACIAS MIL a los Hosteleros de Navarra en este caso, y a todos los Hosteleros en general. A todos esos que se preocupan por ofrecernos opciones de calidad, con seguridad y que siempre son atentos y cuidadosos con nosotros. A todos esos que nos ofrecen sonrientes una carta libre de gluten, que cuidan la contaminación cruzada y que siempre siempre nos reciben con los brazos abierto.
Dicho esto quiero REFLEXONAR sobre la moda que ha surgido de comer sin gluten. En parte se ha fomentado por la demonización que desde determinados sectores de la nutrición se está haciendo de algunos alimentos, y hace unos años que le tocó al gluten. Sin duda estamos sobreexpuestos al este compuesto que se utiliza indiscriminadamente en la industria alimentaria tanto en la elaboración de panes (añadiendo gluten extra para conseguir texturas en panes de escasa calidad nutricional) como en la elaboración de otros productos que deberían de ser libres de gluten por la naturaleza de sus ingredientes. Como estudiante de un curso de formación en Nutrición Saludable os diré que no he escuchado todavía a ningún médico decir que no debemos consumir gluten, o lácteos (otros que están siendo demonizados) salvo que presentemos algún tipo de intolerancia. Eso sí todos ellos abogan por una nutrición lo más natural posible, que huyamos de productos elaborados y procuremos dar prioridad a elaboraciones sencillas. Cuanto más dinero nos gastemos en productos que no llevan etiquetas (carnes, pescados, verduras y frutas) más sana será nuestra alimentación. Todos estos productos no llevan gluten. Ya en casa nosotros nos elaboramos la salsa de tomate (por poner un ejemplo) más sana y sin aditivos y por supuesto sin gluten, porque una salsa de tomate como Dios manda no debería nunca llevar gluten.
Por otro lado quiero dejar constancia del flaco favor que nos está haciendo un anuncio en TV de una conocidísima marca de productos sin gluten protagonizado por una famosísima presentadora que dice textualmente “desde que noté que el gluten no me sienta bien” ¿perdona? ¿Lo notaste? ¿Y te lo retiraste de la dieta tu solita? ¿Sin ir al médico? ¿Sin biopsia? Termina diciendo “ahora me siento más ligera“. Y claro la gente asocia más ligera a más delgada y como la moza está de buen ver, el mensaje subliminal que queda en las cabeciñas es que si como sin gluten estoy más ligera y más delgada. Podría contaros mucho mucho sobre el marketing de la industria alimentaria y como nos llevan al huerto cual ovejas al matadero. Esto también lo he estudiado en mi curso de Nutrición.
No me extiendo más que este post es ya demasiado largo y no quiero aburriros con mis reflexiones.
Buen día.
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