Hoy quiero reflexionar sobre la oferta que hay actualmente en restauración. Todos sabemos que la vida social de un celíaco es uno de los peajes que conlleva esta enfermedad, entre otras cosas porque en este país nuestro no concebimos una celebración sin un buen plato de comida delante. Y esto cuando se es celíaco, o se padece cualquier otro tipo de intolerancia o alergia alimentaria supone un contratiempo importante.
Últimamente se están apuntando muchos restaurantes a ofrecer menú sin gluten, y lo cierto es que no se imaginan cuánto nos facilitan la vida, sobre todo poder salir con nuestros amigos y llevar una social lo más normal posible.
Pero (siempre hay un pero) la formación del personal que está a cargo de los locales a veces no es la correcta. En grandes cadenas de restauración y comida rápida no siempre se procesa de forma adecuada, a veces incluso se cometen errores tan garrafales como servir a un celíaco una hamburguesa con pan con gluten. Este verano, fui testigo en varias ocasiones de personas que terminaron contaminadas, con un gotero en el hospital.
No sirve de nada ofrecer menú sin gluten si se falla en detalles como la contaminación cruzada o la formación del personal, he podido leer casos de cadenas en los que al pedir una hamburguesa sin gluten la persona que solicita el pedido pregunta “eso es sin queso ¿no?”. No hay que tomarse la formación a la ligera y cuando pidamos un menú sin gluten debemos estar 100% seguros de que no vamos a terminar en el hospital. Sobre todo cuando hablamos de cadenas que han conseguido el beneplácito de la Federación de Asociaciones de Celíacos.
Esto es algo muy serio, y aunque tengamos la enorme “suerte” de no sufrir un shock anafiláctico hay que hacer las cosas bien. No es de recibo que estemos jugando con nuestra salud cada vez que salimos de casa y mucho menos que nos quedemos en casa por esto.
Yo personalmente me niego.
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