Hoy quiero hacer una reflexión y dar mi opinión sobre un hecho que ocurrió el pasado viernes en televisión y que movilizó a los celíacos que pululamos por las redes sociales.
Se trata del programa “Deja sitio para el postre” y la posibilidad de ingreso en el mismo de una persona con esta enfermedad. Lo que a priori comenzó como un aluvión de mensajes emocionados pensando en lo importante que sería para nosotros que una persona con nuestro problema se hiciese eco de ello en televisión, terminó con una gran decepción por parte de todos nosotros.
Vaya por delante que no soy de ver televisión de ningún tipo. Pero en esta ocasión dadas las características de este concursante me había planteado seguir el programa. Ni que decir tiene que no lo haré.
En primer lugar diré que desconozco el funcionamiento de este tipo de concursos, no voy a entrar a valorar si la decisión del jurado que determinó que no podía pasar fue justa o injusta. Está claro que hace tiempo que la televisión dejó de ser un servicio público de interés general y pasó a ser esclava de las audiencias (las televisiones privadas tienen su negocio). Después de tragarme el programa entero tengo varias puntualizaciones que hacerles a los señores de cuatro y a la productora del programa en concreto. No me gusta la actitud del jurado en algunos casos, rayan la prepotencia y en algunos momentos son incluso despectivos. Franciso (el concursante celíaco) llegó con ilusión, presentó su postre a priori original. El primer miembro del jurado le dijo que es un luchador (no sabe bien lo que supone meterse entre fogones sin gluten), el segundo le dijo que le gustaría ver qué es capaz de demostrar siendo celíaco (Francisco emocionado diciendo que quiere demostrarlo), el tercer miembro del jurado (¿debería decir miembra?) “a mi me da miedo el sabor y a lo mejor tampoco es tan bueno, y si no puedes probar…” Digo yo ¿probar que? ¿Los postres que hagan sus compañeros? Y con respecto al sabor, que sepa esta señora que el miedo al sabor y a la textura en la cocina de un celíaco existe desde el momento uno. ¿Quién de nosotros no ha tirado alguna vez bizcochos, panes o cualquier otra preparación por no conseguir lo esperado?
Habría sido una gran oportunidad para dar a conocer a la sociedad en general las dificultades con las que nos encontramos los celíacos en nuestro día a día, haría una gran labor de información que a nosotros nos está costando Dios y ayuda, y que poco a poco se va consiguiendo gracias al trabajo de mucha gente. Pero está claro que las televisiones van a lo suyo y los celíacos todavía no suponemos una parte lo suficientemente importante del “pastel” de las audiencias.
En segundo lugar quiero valorar la participación de Francisco, un chico agradable, simpático y optimista. Quiero pensar que su ilusión por entrar en el programa y los nervios del momento motivaron una respuesta tan ilógica ante la pregunta del jurado sobre la posibilidad de probar los postres respondió “yo puedo probar, lo que no puedo es comer”. Ese comentario hizo que las redes celíacas en las que me muevo echasen humo. Con una frase echó por tierra nuestra lucha contra las contaminaciones cruzadas, trazas y transgresiones de dieta. Si algo sabemos los celíacos es que no debemos NUNCA probar nada que contenga gluten. Nos arriesgamos a una contaminación que dependiendo de los casos puede producirnos síntomas graves o muy graves. En ocasiones ningún síntoma, hay celíacos asintomáticos que a pesar de consumir productos con gluten no experimentan ningún malestar. Aunque todos sabemos que el daño interior se produce igual. Repito, la pregunta fue hecha con muy mala leche, y los nervios y la ilusión seguro que hicieron el resto.
Mi reflexión hoy… Me da muchísima pena que no haya pasado Francisco, que en cierto modo fue discriminado por su enfermedad, y que las televisiones (en este caso cuatro) siguen yendo a lo suyo únicamente preocupados por las audiencias. Pues que sepan que han perdido una espectadora en potencia, porque yo que no soy de ver televisión habría visto el programa si hubiese pasado Francisco. Y me consta que no soy la única espectadora que han perdido.
¡Animo Francisco que tu vales mucho! Y por cierto… ¿dónde se puede conseguir la receta del browlanisu que presentaste?
¡¡Dejad sitio para el postre, que hoy cocinamos los celíacos!!
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