Hace varios días que en las redes sociales saltó la alarma con una foto tomada “supuestamente” por una cuidadora en el comedor de un colegio en Zaragoza. Se omitía el nombre del centro para evitar posibles represalias. La prensa se hizo eco de la noticia, y comenzó un debate que nunca nos deja indiferentes.
http://noticias.lainformacion.com/espana/unas-fotos-tomadas-en-un-colegio-aragones-reavivan-el-debate-sobre-la-calidad-de-los-comedores-escolares_Pwtc9QgFKypT0LxlcePbn2/_?fsdfs
No quiero hacer de abogada del diablo porque no es mi estilo, pero este tipo de noticias alarmistas causan tremenda desazón entre los padres. Dejamos a nuestros hijos en los comedores escolares confiando en que están bien atendidos. Nos ofrecen todo tipo de garantías, podemos ir a comer cuando queramos y comprobar que sus menús son apropiados, tanto en cantidad como calidad. Nos pasan un cuadrante creado por nutricionistas para que sepamos lo que comen y podamos en base a ello organizar nuestros menús en casa. Por eso cuando vi esta imagen se me cayó el alma a los pies.
El colegio al que apuntaban las sospechas se ha apresurado a emitir un comunicado (http://ceiplabordeta.blogspot.com.es/2014/01/noticia-sobre-comedores-escolares-del.html) aclarando que esas imágenes no pertenecen a su centro. También me resulta curioso que todas las mamás que conozco digan que sus hijos salen del colegio con un hambre atroz, que eso es lo normal y que me acostumbraré.
Por otro lado pienso que si los niños se alimentan a diario con raciones tan escasas como la que figura en la foto tendrían que manifestar síntomas claros de desnutrición y eso haría saltar las alarmas ¿no?. Desde luego mi hija come bastante más que lo que sale en la foto y tiene sólo dos años.
He leído explicaciones como que las empresas de catering intentan ganar dinero (como cualquier otra empresa) y que para ello economizan todo lo que pueden llegando a poner menús ridículos y de escasa calidad y valor nutricional más que cuestionable. Mi peque todavía no va al colegio, empezará el próximo curso y este tipo de noticias me alarman y mucho. Primero porque yo pienso que no todos los niños tienen el mismo apetito, habrá niños que coman más y otros menos y yo quiero pensar que atienden las necesidades de cada uno. Segundo porque si se produce este descuido en los menús “normales” no quiero pensar cómo serán los menús especiales para niños con algún tipo de alergia. ¿Que les quedará a nuestros niños que necesitan una alimentación especial con productos sensiblemente más caros?
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