Hoy quiero hacer desde aquí un pequeño homenaje a una mujer que me enseñó mucho en esta vida. Una de las cosas que me enseñó es a andar entre pucheros y tener siempre a punto un buen menú que llevarse a la boca.
Esta receta se lleva haciendo en casa desde que tengo conocimiento, es tan básica que no sé si considerarla una receta pero nos salva en muchas ocasiones cuando no sabemos qué preparar sobre todo para las cenas, y que a los niños les vuelve locos.
Croquetas de patata. Además sirven para el “reciclaje”, ¿a quién no le sobran un día patatas cocidas que haya preparado para alguna receta y haya puesto de más? ¿Asadas? Si no tenemos patatas cocidas las cocemos peladas en lonchas como de un dedo de gordas. Las machacamos con un tenedor de manera que queden con trocitos visibles, les añadimos huevo, queso rallado y si queremos sal con ajo y perejil o sal normal a gusto, cuando son para la peque yo las dejo sin sal. Dejamos una pasta más o menos espesa y la echamos en una sartén con aceite caliente a cucharadas. No quedan todas iguales pero esa es la gracia.
Se fríen, se escurren en papel de cocina y ¡a comer! Y para que no se me ponga “celoso” aprovecho y homenajeo desde aquí también a mi padre, que le encantan estas croquetas si una vez hechas se meten en salsa de tomate. Si los tomates son de su huerta, las patatas gallegas y los huevos caseros el triunfo está asegurado.
¡¡Espero que os guste!!
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