Señora Ministra:
Me dirijo a usted como no podía ser de otra manera, para pedir. Si los políticos están al servicio del pueblo que los elije nosotros debemos manifestarle cuáles son nuestras necesidades para que así puedan cumplir con nosotros.
Probablemente el tema que voy a exponerle haya llegado ya a su mesa en alguna ocasión de la mano de asociaciones oficiales, yo lo hago a modo particular y personal. Como una ciudadana más, integrante de ese pueblo para el que dicen trabajar.
Hace unos meses que a mi hija (con 15 exactamente) le diagnosticaron celiaquía. La celiaquía es una enfermedad autoinmune de carácter crónico cuyo tratamiento es única y exclusivamente una dieta exenta de gluten para toda la vida. Si no se sigue la dieta de forma rigurosa los afectados por celiaquía desarrollan otras patologías entre las que se encuentra linfoma, anemia ferropenica o diabetes. Afecta a un 1% de la población aunque se sospecha que la incidencia podría ser más elevada puesto que hay personas que no están diagnosticadas. El gluten es una proteína que se encuentra en cereales (Trigo, Avena, Cebada y Centeno) y sus derivados, lo que entre el colectivo celíaco se conoce como TACC. Realmente nuestros medicamentos son nuestros alimentos.
Como imagino que sabe, la cesta de la compra de una persona celíaca supone aproximadamente 1.600 € más al año que la de una persona sana. En estos estudios no se contemplan detalles como el elevado consumo de luz que hacemos al elaborar nuestros propios alimentos pan, bollería, galletas, bizcochos (la luz sube sin parar y nuestros recibos también lo hacen). Tampoco contemplan los gastos para desplazarse de un supermercado a otro buscando alimentos aptos ya que no en todos los sitios disponen de productos aptos. Y no hablamos del tiempo que dedicamos a la cocina y a comprar con garantías, porque no todos los alimentos vienen etiquetados correctamente y un error en la compra tiene consecuencias nefastas para nuestros intestinos. También quiero puntualizar que la celiaquía es una enfermedad genética, por lo que normalmente en una familia suele haber más de una persona celíaca, con lo que esos 1.600 € se multiplican por dos o tres.
Después de ponerle un poco al tanto de nuestra situación quiero hacer dos peticiones:
La primera es que se proponga y apruebe una ley que obligue a los fabricantes a un correcto etiquetado de los alimentos. Si existe riesgo de trazas y cuáles son los contenidos exactos.
La segunda y más complicada sería que se tratasen nuestros alimentos básicos como medicamentos que estuviesen subvencionados en un cierto porcentaje. Que pueda ser recetado por nuestro médico de digestivo, que sea desgravable en el IRPF… No soy economista y desconozco cuál es la mejor fórmula para hacerlo. Ello nos haría la vida más fácil a todos nosotros. Como expuse al principio, nuestros medicamentos son nuestros alimentos.
No es justo que paguemos 5.06 € por 150 gramos de picos de pan, echando el cálculo sale a 33.73 € el kilo, y estamos hablando de pan que es un alimento básico cuando los picos de pan normal oscila el precio entre 3.00 y 5.00 € el kilo. Esto sucede con alimentos básicos como la pasta, los cereales o las galletas.
Con respecto a esta petición existe una recogida de firma en la plataforma change.org en la que se pide que se subvencione la diferencia de precios de los alimentos para celíacos.
Esto es todo señora Ministra, me conformaría con que esta carta no termine engrosando uno de tantos expedientes que a buen seguro circulan por su ministerio, y que se propongan hacer algo por el colectivo celíaco que cada día es más numeroso.
Muchas gracias por su tiempo.
Le saluda atentamente
S.C.P.
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