Me encantan los calamares a la romana. Las frituras de pescado en general me gustan muchísimo, pero reconozcámoslo son una bomba de relojería para el equilibrio nutricional mal que nos pese y ahora que empieza el calorcillo y nos planteamos una operación bikini en toda regla pasan a estar en la categoría de PROHIBIDOS. La anilla de calamar en crudo ronda las 80 calorías, así que si los preparamos al horno no suponen un exceso.
Los calamares fritos son de esos platos que tenía reservados para ocasiones extraordinarias, y me encantaba tomarlos cuando iba de veraneo a la playa, calamares de la ría (en Bueu o Aldán), esas luras (así se les llama por la zona) bien frititas en un buen AOVE. No es fácil encontrarlas pero por suerte dimos con un sitio donde las hacen perfectas, peeeeeeeeeeeeeeero con harina de trigo, así que hace un tiempo tuve que “quitarme”.
Freír calamares en casa es deporte de riesgo, saltan tanto que la cocina queda hecha un asquito y si no nos llega alguna salpicadura gorda a la mano podemos darnos por satisfechos. Así que los como muy esporádicamente cuando en algún restaurante los preparan “sin gluten”.
Últimamente tenía muchas ganas de calamares, así que me aventuré con esta receta, de la que tengo pendientes algunos tuneos (véase cambio de unas harinas por otras).
Las ventajas: manchas poco, llevan poco aceite, se preparan rápido y una vez los metes en el horno te olvidas y no tienes que estar pendiente de moverlos. Hice la receta con polenta, y de paso aproveché a darle salida a un paquete que compré en un momento de esos que ves etiquetado “sin gluten” y lo coges aunque no tienes ni idea de cómo vas a prepararlo.
La polenta es una harina de maíz amarillo (un poco gruesa) originaria del norte de Italia y que tiene multitud de formas de preparación. En este caso los granos de polenta al hacerse al horno quedan crujientes y dan una textura muy similar a la fritura.
Ingredientes:
Polenta
Anillas de calamar
Huevo
Sal
Un poco de AOVE (si es en un vaporizador mejor)
Preparación:
Lavamos las anillas de calamar, las secamos y salamos. Yo pongo sal con ajo y perejil que le dan un toque.
Las metemos en un bol y les ponemos polenta, las vamos removiendo hasta que se quedan más o menos todas impregnadas de harina.
Las pasamos por huevo bien batido y al sacarlas del huevo otra vez por polenta y las vemos dejando en una bandeja de horno en la que habremos puesto un papel de cocina.
Precalentamos el horno a 180 grados y metemos las anillas. Cuando llevan 10 minutos les damos la vuelta. Yo aproveché este momento para rociarlas con un poquitín de AOVE para que cojan sabor y aroma. Un vaporizador está genial para esta tarea. Después de darles la vuelta los dejamos otros diez minutos. Sacamos del horno y aquí tenemos una fuente de calamares a la romana, la verdad es que no pensé que quedarían tan tiernos como quedaron ¡a comer!
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