Hoy traigo una nueva receta italiana directamente desde la cocina de mi tía Lita, es una receta que se hace en casa desde hace muchos años y como otras muchas que voy subiendo he adaptado para el mundo singlu. Berenjena a la parmesana o como se dice en italiano melanzane alla parmigiana, la tomé en Roma, en Florencia y en varios pueblecitos de la Toscana y la verdad es que nunca me ha decepcionado.
Es un plato fácil y muy rico y sobre todo que los niños (al menos mi hija) se lo comen de maravilla. Es una forma de conseguir que coman verduras. Además tiene una ventaja, se puede preparar con antelación e incluso podemos prepararlo y dejarlo en el congelador. Lo más trabajoso de esta receta es freír la berenjena así que el día que me pongo hago bastante y tengo para dos veces.
La salsa de tomate como siempre os cuento, procuro hacerla con los tomates de la huerta de mi padre, que son tomates de categoría superior, pero si no es posible tenéis dos opciones. Hacer el tomate vosotros o comprar tomate hecho, siempre con la precaución de que sea sin gluten.
Ingredientes
Dos berenjenas
Queso en lonchas (en este caso puse mozzarella)
Harina para rebozar (yo usé harina de arroz)
Huevos para rebozar
Salsa de tomate (casera o en su defecto tener cuidado que sea sin gluten)
Queso rallado en hilo
Aceite para freír
Preparación
Lo primero que tenemos que hacer es cortar las berenjenas en lonchas y ponerlas con sal para que suelten el agua sobrante y que no amarguen.
Cuando hayan soltado el agua (aproximadamente media hora) las pasamos por harina y huevo y las freímos en aceite de oliva. Yo las dejo escurrir en papel de cocina para que suelten el exceso de aceite. Mientras freímos la berenjena hacemos la salsa de tomate.
Cogemos una fuente de horno y montamos. Primero echamos un poco de tomate para que no se nos pegue la berenjena a la fuente. Ponemos una capa de berenjena, las cubrimos con lonchas de queso y seguidamente tomate, volvemos a empezar con la berenjena, queso y tomate. Hacemos dos o tres capas. Y terminamos con tomate. Por encima espolvoreamos queso rallado del que va en hilo para gratinarlo.
Lo metemos en el horno. Aquí depende, si lo metemos justo al terminar de prepararlo con gratinarlo es suficiente. Si lo hemos congelado o lo tenemos preparado del día anterior hay que ponerlo primero un ratito para que recupere temperatura por dentro y terminamos gratinando.
¿No os parece deliciosa?
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