jueves, 14 de junio de 2018

Tortillitas de camarón Sin Gluten

Hoy os traigo una receta del sur de España. Una delicia gastronómica que en casa nos vuelve locos. Y es que ¿a quien no le gustan unas tortillitas de camarón para tomarse el aperitivo? Son fáciles y además sin gluten.
Esta receta la elaboramos en el taller de Cocina con Maná del mes de abril, el tercero que hacemos, y a los que estáis invitados a asistir siempre que queráis. En estos talleres elaboramos diferentes recetas dulces o saladas siempre sin gluten. Además podéis verlos en directo, se emiten a través de streaming en la página facebook de maná. Os dejo aquí el link por si queréis ver cómo se hacen y la textura de la masa. Pincha aquí si quieres ver el video.
Ingredientes:
80 gramos de harina de Arroz
80 gramos de harina de Garbanzo
150 gramos de camarón “de pipa”
Media cebolla (prefiero suave)
Perejil
Sal
Aceite de Oliva Virgen Extra
300 gramos de agua fría

Preparación:
Pesamos las harinas y las mezclamos bien. Añadimos el agua y batimos hasta que no queden grumos. En este paso hay dos formas de hacerlo, añadimos la cebolla y el perejil y batimos con ellos dentro, así los peques no encuentran tropezones, o bien dejamos los trocitos enteros. 
Añadimos a esta mezcla los camarones y rectificamos de sal  y déjamos enfriar en la nevera al menos durante una hora. 
A partir de aquí la masa podemos utilizarla en cualquier momento, incluso al día siguiente.
Freímos en abundante AOVE bien caliente. El truco para que queden crujientes es estirar la masa una vez la echamos en la sartén, sino se nos hará un pegote. Podéis ver cómo hacerlo en el video que os enlacé un poco más arriba.
Escurrimos en papel de cocina y a disfrutar. 

Fabes con almejas

Desde siempre en casa las legumbres son parte fundamental en nuestra dieta. Además de sanas, son una opción económica y práctica para tener un menú equilibrado. En los últimos años hemos vuelto a recuperar el gusto por ellas. Las legumbres además están libres de gluten, esto las hace ideales para incorporarlas en la dieta de las personas celíacas.
Os traigo hoy una receta muy sencilla, pero no por ello deja de ser una maravilla de la gastronomía. Yo las preparo con ingredientes de primera calidad, que son los que hacen que un plato humilde se convierta en un plato gorumet.
No puedo quejarme de los amigos que tengo, mi amigo Antonio me regaló estas fabas asturianas.  Pensé que con semejante materia prima lo que había que preparar era un puchero de los de toda la vida.
No soy de añadir cosas al puchero, me gusta dejar que los sabores aparezcan sin camuflajes.
Estas fabes con almejas no llevan apenas ingredientes, pero os garantizo que el sabor y su textura os encantará. Y ahora que empieza a venir el calorcillo no hay que dejar de tomar legumbres. En lugar de tomarlas humeantes será suficiente con que estén templadas para disfrutar de ellas.
Ingredientes:
1/2 kilo de fabes
1/2 kilo de almeja gallega
Una cebolla
Dos tomates
Un diente de ajo
Una hoja de laurel (opcional)
Aceite de Oliva Virgen Extra
Elaboración:
Lo primero que haremos será dejar en remojo las fabes durante al menos 8 horas. (Yo las dejo toda la noche).
En una olla ponemos un fondo de AOVE y en él rehogamos primero la cebollita, añadimos el ajo y finalmente los tomates en dados. Si los tomates son de buena calidad, no es necesario añadir nada más para que el caldo tome el color que tiene en la foto. Si vemos que se queda un poco paliducho (ya sabemos que los tomates de hoy en día no son muy buenos) al final de la cocción añadiremos un poco de pimentón de la Vera (que es sin gluten) en un poco de AOVE. Para ello ponemos una sartén con AOVE y cuando esté caliente añadimos una punta de cuchara de pimentón. Retiramos del fuego para que no se queme. Removemos hasta que se integre bien en el AOVE y lo añadimos al guiso (pero esto se hace al finalizar la cocción).
Una vez que están pochadas las verduras, añadimos las fabes y rehogamos con el sofrito que hemos hecho. Añadimos agua sólo hasta cubrirlas ponemos sal y dejamos cocer durante al menos una hora y media. Es muy importante no remover con la cuchara porque así evitamos que se rompan, le damos pequeños “meneos” a la olla. Si nos gusta ponemos una hoja de laurel ( no me gusta nada cocinar con laurel).
Por otro lado tenemos la almejas. Yo utilicé almeja japónica de las rías gallegas. Las pondremos en agua con sal para limpiarlas y si tienen arena que la suelten. Las lavamos bien y cuando estén casi hechas las fabes ponemos las almejas. Meneamos la olla para que se integren bien con las fabes y cocemos hasta que estén abiertas.
Os voy a contar un truco, si el caldo os queda demasiado suelto no se os ocurra espesarlo con harina (esto lo hace mucha gente) cogéis algunas fabes, las aplastáis con un tenedor y las agregáis al caldo, así quedará más espesito.
Como todos los platos de puchero, este también gana en sabor cuando lo hacemos de un día para otro. Yo lo que hago es reservar las almejas y añadirlas  al día siguiente, justo antes de comer cuando caliento las fabes, para que estén recién abiertas.
Como podéis ver es un plato sencillo, sin demasiadas grasas pero potente, con mucho sabor y aroma. Y es que en casa las legumbres nos gustan un montón, aquí os dejo el link a una receta muy parecida de garbanzos con langostinos.

Mis panes: Pan básico sin gluten


Siempre que publico una foto de mi pan me preguntáis por la receta, y aunque muchas veces os doy las proporciones hay personas que estáis empezando en esto y necesitáis la receta con los gramos exactos de cada ingrediente. Así que he pensado en escribir esta entrada donde pongo el pan básico que se hace en casa y las posibles variaciones. Sobre esta receta y con las claves que os voy a dar podréis hacer los cambios que se os puedan ocurrir. Además he preparado un pequeño video donde muestro la consistencia de la masa, y cómo podéis formar los panecillos.
Vamos a ver uno a uno los ingredientes:
Almidón de trigo, si no tenemos almidón de trigo o no toleramos el trigo podemos utilizar almidón de maíz.
Almidón de patata, si no tenemos podemos no utilizarlo aunque si lo ponemos el pan ganará en esponjosidad. En caso de no tener almidón de patata pondremos la cantidad en almidón de trigo o bien de maíz.
Harinas integrales, en esta receta yo utilizo trigo sarraceno y avena, de todas las pruebas que he hecho es el pan que más se asemeja al pan con gluten. Pero podéis utilizar las que más os gusten, o bien las que tengáis a mano en casa en ese momento, teniendo en cuenta que no todas las harinas “aprietan” igual el pan y que el sabor y color varía en principio con estas proporciones cualquier harina funciona.
Proteína. En esta receta estoy utilizando albúmina de huevo, pero tenéis a vuestra disposición proteína de guisante, de soja, de leche. Las proteínas deben ser aisladas, ya que sino aportan sabor. En caso de no tener proteína a mano podéis poner una clara de huevo restando su peso del total de los líquidos. La función de la proteína es aumentar la fuerza de nuestras masas, si no la tenemos podemos hacer el pan sin ella.
Fibra. En este caso he utilizado fibra de psyllium más bambú, pero podéis utilizar la que tengáis en casa, inulina, fibra de manzana, fibra de dextrina de trigo (a la venta en Mercadona).
Levadura. Yo utilizo levadura seca de panadero, por comodidad, porque se conserva mejor que la fresca, porque no tengo que espumarla, pero si os apetece poner levadura fresca sólo tenéis que multiplicar por 3 la cantidad de levadura a añadir.
Goma xantana. La goma xantana es la que hace que nuestros panes liguen ya que no tenemos el gluten que es quien hace que las masas queden unidas. Podemos hacer pan con pixie (pero esto pienso que no es para un pan básico sino para algo un poco más complicado). En principio sin goma xantana no podríamos elaborar esta receta.
Miel. Podemos utilizar cualquier otro azúcar, bien azúcar moreno, o bien sirope de ágave, de arroz. El azúcar carameliza en el horno y hace que nuestros panes tomen buen color.
Vamos con la receta con cantidad exacta de cada  ingrediente. En este caso la receta es una proporción 80/20, esto significa que del 100% de harinas un 80% son almidones y un 20% son harinas integrales.
Ingredientes:
250 gramos de almidón de trigo
150 gramos de almidón de patata
50 gramos de harina de avena (certificada sin gluten)
40 gramos de harina de trigo sarraceno
10 gramos de harina de sésamo
15 gramos de albúmina de huevo
10 gramos de psyllium+bambú
10 gramos de goma xantana
10 gramos de sal
5 gramos de levadura seca de panadero
5 gramos de impulsor
20 gramos de Aceite de Oliva Virgen Extra
10 gramos de miel
425 gramos de agua (85% de hidratación)
Elaboración:
Pesamos todos los ingredientes secos excepto la goma xantana. Los mezclamos bien y reservamos. Por otro lado pesamos el agua y la miel. Añadimos los ingredientes secos y amasamos. Yo no tengo amasadora y lo hago en panificadora. Cada uno puede amasar con el robot que tenga.
A los 5 minutos de amasado más o menos añadimos la goma xantana disuelta en el Aceite de Oliva y dejamos amasar otros 10 minutos. Después de añadir la goma xantana observaremos que la masa queda con más consistencia.
Cuando terminamos el amasado¡ y con las manos enaceitadas damos forma a la masa y la colocamos en un recipiente para que fermente, tapada con una bolsa o un gorro de ducha (son muy útiles para esto).
Una vez que está fermentada la masa (el tiempo dependerá del calor ambiental) sacamos la masa y formamos los panecillos sin manipular la masa en exceso para no bajar la fermentación que hemos conseguido.
Dejamos reposar unos 20 minutos en la bandeja donde vamos a hornear tapados con un trapo para que no se acortecen. Justo antes de hornear hacemos el corte con el lamé o una cuchilla (podéis ver todos estos procesos en el video que os adjunto).
Precalentamos el horno a 230 grados (se sube tanto porque al abrirlo para meter el pan la temperatura se viene abajo y nos conviene tener una buena temperatura en el momento de meter el pan). Si nuestro horno no tiene función vapor habremos dejado una bandeja en la parte de abajo del horno para que esté bien caliente cuando metamos el pan.

Al llegar a la temperatura metemos los bollos e inmediatamente vertemos un vaso de agua en la bandeja que está debajo (con cuidado de no quemarnos). Los 20 primeros minutos bajamos la temperatura a 200 grados y los 20 últimos la bajamos a 180.

Dejamos enfriar en rejilla.




La receta utilizando Psyllium y Bambú

La misma receta con Psyllium y Bambú pero en forma de rosca.

Misma receta utilizando Dextrina de Trigo (sin gluten)




A la derecha fibra de bambú y psyllium, a la izquierda dextrina de trigo
El pan cortado a mano
Aquí os dejo el enlace a youtube para que podáis comprobar la textura de la masa y cómo podéis formar los panecillos y la rosca.


Mi Reflexión: De lo healthly, sin gluten, veganos, paleos y otras nutritonterías

Buenos días, tardes o noches y bienvenidos un día más a este espacio que comparto con vosotros desde hace casi cuatro años.
Durante este tiempo he compartido, reflexiones, experimentos, videos, quedadas sin gluten o conferencias. En estos años mi interés por la nutrición, mis inquietudes y mi formación académica me han llevado a estudiardietética y nutrición. No un grado (ya quisiera), la economía no está para grandes dispendios y las opciones que había de ello a distancia no estaban al alcance de mi cuenta corriente, pero sí un curso en la UNED, que dio paso a otro más intenso a través de la Universidad de Valencia, de ciclo superior.
¿Y porqué os cuento todo esto? Porque en este tiempo he empezado a preocuparme más (si cabe) por lo que entra en nuestra despensa, y poco a poco he seguido a nutricionistas de mayor o menor prestigio para ver lo que cuentan y aprender “de los más grandes”. Unos hacen mucho ruido, otros son más silenciosos pero todos lanzan el mismo mensaje “comemos mal“.
Hasta ahí estoy muy de acuerdo, no comemos mal no, comemos fatal y nuestra salud va en ello. De informar y divulgar a caer en el extremismo va una estrecha línea. Esa línea es tan estrecha que se traspasa a menudo. Cuando alguien está orgulloso de ser tachado como un “talibán de la nutrición” algo no funciona.
Uno de los mensajes  que más repiten y que a menudo me sacan de quicio es que los médicos (incluidos endocrinos) no saben de nutrición, no deberían pautar dietas y que para eso están ellos, los dietistas nutricionistas. Los de carrera ojo, no vaya a aparecer cualquier infiltrado con cualquier curso de nutrición que vaya a dar pautas sobre cómo debemos alimentarnos. Se quejan a menudo de que no están implementados en el sistema nacional de salud, pero francamente, ¿alguien que desprecia el trabajo de un médico y pone en duda sus conocimientos tiene la fuerza moral de pedir que su trabajo se realice junto a ellos?
Lo que peor llevo en general son las personas que no respetan las opiniones de los demás, que plantean sus ideas como una verdad universal y que el resto del mundo además de estar equivocado es su enemigo. Criminalizar a todo aquel que no piense o actúe como ellos es algo frecuente. Recuerdo un mensaje que consiguió miles de likes con una foto de un niño comiendo garbanzos fríos de un tupper de plástico en el que su mamá decía “Mi hijo no sabe lo que es una galleta”. ¡Perfecto! Pero no por ello debes insinuar el mensaje de que los padres que sí dan galletas a sus hijos lo hacen mal. Y repito, lo dije al principio: comemos mal. Pero soy partidaria de la información y del equilibrio. Quizá ese niño el día que se enfrente al “mundo real” donde existen galletas, bollería y un sin fin de comidas basura no sea capaz de controlar el ansia que le produzca tener acceso a toda esa comida y sufra algún tipo de trastorno con su conducta alimentaria. Quizá no.
En lo que respecta al mundo sin gluten, que es de lo que os trae a este rincón, y seguro que a quienes me estáis leyendo es lo más os interesa, hay dos corrientes claramente definidas.
Los que opinan que el gluten no debe retirarse de la dieta (salvo que padezcas enfermedad celíaca). Hasta ahí bien, pero todas las demás patologías que rodean al gluten y que no son de ámbito digestivo sobre las que se está estudiando mucho y con muy buenos resultados en los últimos tiempos ni están ni se le esperan. Y quiero aquí recordar una discrepancia que tuve con un dietista de prestigio, en cuyo hilo comenté los avances médicos en cuanto enfermedades neurológicas y la dieta sin gluten (lo que se conoce como neurogluten) y la mejoría que supone llevar una dieta sin gluten en casos de fibromialgia por ejemplo, citando en este caso al Doctor Isassi Zaragoza, remitiendo bibliografía y videos de entrevistas, a la que esta persona me respondió que él no escucha a charlatanes. Perdone usted caballero, si a un doctor en ejercicio de sus competencias que además está realizando un estudio de investigación en el que se están sacando conclusiones que pueden mejorar la vida de numerosas personas se le llama charlatán, APAGA Y VÁMONOS.
La otra versión del mundo sin gluten viene de la mano de quienes sin tener patología alguna y por su cuenta y riesgo retiran el gluten de su dieta porque se sienten menos hinchados y más sanos. Y aquí quiero hablar de una blogger que descubrimos casualmente porque emitió on line una masterclass de pan sin gluten. No se pueden decir más incongruencias seguidas en una hora. Desde recomendar dejar el gluten porque hincha y contar su caso personal de candidiasis, hasta que las harinas sin gluten las podemos comprar a granel (las seguridad alimentaria nos la saltamos), o cómo hacer pan sin gluten, sin amasado, sin levadura, sin almidones y permitidme el exceso SIN PAN. Eso sí, el pan verlo no lo vimos. Los que sabemos un poquito de panificación sin gluten somos conscientes de la cantidad de burradas por minuto que dijo, pero además de ello NUNCArepito NUNCA se debe aconsejar a NADIE dejar de consumir gluten sin supervisión médica. ¿Sabe esta mujer que está poniendo en peligro la salud de mucha gente? Lo más lamentable del caso es que sus seguidores son legión.
Los veganos y vegetarianos tienen otro rinconcito en esta reflexión. Con la formación que he recibido hasta este momento y sin ánimo de sentar cátedra ni entrar en debates, para mí una dieta en la que una persona sana tiene que suplementarse una vitamina (B12) porque de no hacerlo entrará en un estado carencial de la misma, no me vale. Y tengo muy claro que la carne que consumimos hoy en día dista mucho de ser la carne que hemos comido hasta hace unos años. Pero ojo que las verduras tampoco son un gran ejemplo de comida libre de químicos. Y vuelvo sobre mis pasos, hay personas que intentan dar lecciones de moralidad porque “yo no como cadáveres”. Me parece perfecto y muy respetable pero respetar a los demás no viene mal de vez en cuando.
Y ya termino este ladrillo hablando de la dieta paleo, basada en la supuesta dieta que seguían los hombres de las cavernas, suponiendo (que es mucho suponer) las plantas silvestres y animales salvajes que consumían. Excluye, trigo, azúcares, aceites, legumbres, frutas como la piña, 12.000 años de evolución a la basura. Sobre esta nada más que añadir. Cada cual que saque sus propias conclusiones.
Con todo lo que os he contado y algunas cosas más que dejo en la cabeciña, (quizá para otra entrada) mi planteamiento en cuanto a nutrición es que deberíamos tener información y no prohibición (cuando leo propuestas para prohibir el alcohol o el azúcar me echo a temblar). Pienso que lo importante es educar para que nuestras elecciones sean libres y consecuentes.
PD. Ayer mi hija (6 años) cuando le pregunté qué le apetecía de postre me dijo “hoy voy a tomar algo sano, por ejemplo… una manzana”. Creo que a lo mejor y a pesar de todo algo debo estar haciendo bien.

Comments

3 Responses to “Mi reflexión: de lo Healthly, sin gluten, veganos, paleos y otras nutritonterías”


  1. Adrián dice:
    Susana, solo puedo levantarme y aplaudir. Siempre, siempre, siempre la información es más productiva que la prohibición y respecto a los que quieren imponer su moralidad por encima de los demás… como decimos por Aragón, que se vayan a escaparrar!

  2. teba dice:
    Hola Susana, 
    No me parece correcto que a los veganos nos consideres como nutritonterías. Efectivamente hay que suplementar la B12 porque nuestros alimentos, si no están enriquecidos (que los hay), no la contienen de forma natural y tendríamos una deficiencia que es peligrosa para la vida. Parece que los veganos deberíamos practicar otra opción “menos peligrosa”, pero es una filosofía y una opción respetable como tantas otras. 
    Si lo que tú defiendes es verdad ¿por qué existen tantos suplementos vitamínicos y de minerales para los omnívoros si, supuestamente, la dieta omnívora contiene todos los nutrientes? Pues efectivamente porque la alimentación de muchas personas omnívoras es carente o deficitaria por razones que pueden tener que ver con una mala alimentación o por roblemas de salud en las que tienen que limitar alimentos que contienen vitaminas y minerales importantes y se deben suplementar. Si tomar vitaminas y minerales es lícito en estas ocasiones, no veo por qué a los veganos se nos critica que nuestra opción de alimentación es una nutritontería al tener que suplementar la B12. Por otra parte, los veganos nos podemos preocupar más o menos por los químicos y pesticidas, adiitvos en los productos vegetales, pero todos compartimos un respeto hacia los animales. No se debe mezclar veganismo con aquellos casos en los que la persona tiene una preocupación por los “químicos” que contengan los alimentos. 
    Ya sabes que te lo digo desde el cariño. Pero el otro día también escuché en la radio a un “experto en Nutrición” que poco menos que decía que la opción vegana no es adecuada, precisamente porque tenemos que suplementar la B12 y defendía que el “veganismo no es una buena dieta” única y exclusivamente por esa razón. El debate es lícito, pero a mí personalmente no me convence este argumento. Creo que todos tenemos que informar y plantear las cosas claras. 
    Igual que otras opciones son respetadas, creo que el veganismo se debería respetar y no mirarnos como a “excéntricos” que buscamos modelos “exóticos” para alimentarnos. Si estás bien asesorada y sabes lo que tienes que comer, te preocupas por tus alimentos y te suplementas, es una dieta buena y válida. Ahora sí, hay que saber cómo ajustar la dieta para que no falte hierro, calcio, vitamina D, etc. 
    Sólo era por aclarar mi reflexión. 
    Un besito
    Teba

Mis Panes: Pan integral en panificadora con harinas naturales

Los que me conocéis sabéis de mi interés por la nutrición, por conseguir panes integrales sabrosos pero a la vez comestibles. Hemos mejorado mucho en texturas en los panes sin gluten y ahora también estamos mejorando las texturas de los panes integrales.

Hoy os traigo una receta que hago con mucha asiduidad en casa y que he ido ajustando poco a poco, probando unas mezclas y otras hasta conseguir que no quede un pan ladrillo, que la textura no sea arenosa, ni gomosa.
Gracias siempre a Famalap por sus consejos, este pan ha mejorado mucho desde los inicios. Os cuento porque utilizo mayor proporción de harina de avena que de otras. Si ponemos demasiada harina de arroz o castaña (que me encanta) el pan queda demasiado “apretado”. El teff también aprieta un poco la miga, mientras que la harina de algarroba por ejemplo deja unas migas muy esponjosas y con un precioso color oscuro. Por eso después de diferentes combinaciones he hecho esta mezcla de harinas integrales, por supuesto podéis tunearla a vuestro gusto pero hay harinas que dejan migas más alveoladas mientras otras dejan migas más apretadas y eso tenéis que tenerlo en cuenta al esperar el resultado final.
Por otro lado el aporte de proteína, en este caso añadí clara de huevo (la tenía en casa y no quería tirarla a la basura), pero he hecho pruebas también con albúmina de huevo, o proteína de guisante, aportan “fuerza” a la harina, haciendo que sea más similar a la harina de fuerza con gluten que utilizan los panaderos para sus mejores panes. Las harinas de fuerza suelen ser harinas con un elevado porcentaje de proteína y eso las hace óptimas para la panificación, mientras que las harinas de repostería son más pobres en proteína, por eso no son adecuadas para hacer pan (estoy refiriéndome a harinas con gluten, aunque después de estos años de I+D hemos llegado a la conclusión de que no hay tanta distancia entre el pan con gluten y el sin gluten). En este enlace podéis leer cómo Famalap desgranó la harina de trigo, y eso nos hizo comprender cómo funciona y así intentar que las harinas que tenemos sean lo más similares posibles a la harina de trigo.
Y ya no os suelto más rollo, voy con la recetiña.
Ingredientes:
150 gramos de almidón de trigo
50 gramos de almidón de patata
50 gramos de almidón de yuca o mandioca (si no tenemos podemos poner 100 de patata)
100 gramos de harina de avena (certificada sin gluten)
50 gramos de harina de teff
50 gramos de harina de trigo sarraceno
25 gramos de harina de arroz integral
25 gramos de harina de sésamo
20 gramos de fibra de manzana o inulina (4%)
10 gramos de sal (2%)
10 gramos de impulsor (2%)
10 gramos de lecitina de soja o girasol (2%)
10 gramos goma xantana
5 gramos levadura seca de panadero (1%)
20 gramos de Aceite de Oliva Virgen Extra
15 granos de miel
550 gramos de agua
40 gramos de clara de huevo o bien 5 gramos de albúmina de huevo (este en concreto lleva la clara de huevo)
Elaboración:
Pesamos todos los ingredientes secos excepto la goma xantana. Los líquidos yo los peso directamente en la cubeta de la panificadora, no ponemos el Aceite de Oliva que lo incorporaremos co la Goma Xantana disuelta en él.
Volcamos las harinas en los líquidos y ponemos la función pan normal. Mi experiencia me dice que en cualquier panificadora el programa pan normal es el que funciona mejor. Cuando lleva un rato amasando añadimos la goma xantana disuelta en el aceite de oliva y cuando pita podemos añadir semillas, yo en este caso puse 15 gramos de pipas de girasol, 15 gramos de lino dorado y 15 gramos chía.
Cuando termina de hornearse el pan volvemos a poner el programa horneado ak menos otros 30/45 minutos dependiendo de cómo nos guste el pan de tostado.
Lo dejamos enfriar en una rejilla, y aquí tenemos que aguantar las ganas de cortarlo porque el pan termina de hacerse con el calor residual que queda dentro. Mínimo 3 horas y si son 5 no le va mal.
Hacemos las rebanadas y ¡¡a disfrutar!! Yo lo congelo y del congelador sale directo a la tostadora.


Comments


2 Responses to “Pan integral en panificadora con harinas naturales”

  1. Inma dice:
    Hola Susana solo queria preguntar si la receta tambien lleva physlium y te has olvidado de indicarlo en la receta?
    Gracias


  2. Susana dice:
    Buenos días Inma, disculpa el retraso en la respuesta. Estoy teniendo problemas con el blog y no puedo acceder a él como siempre.
    Esta receta yo la hago sin psyllium. La inulina también es una fibra que hace sus funciones. 
    Muchas gracias y un saludo.

Galletas decoradas con glasa real


Hace tiempo que hice mis pinitos con galletas decoradas con glasa real, nada del otro mundo que además tampoco me aclaró mucho el método para hacerlas y que realmente no mereció mucho la pena. Pero este año mi peque me pidió galletas de patín para su cumple (últimamente nos hemos aficionado al patinaje sobre hielo) y una que no dice nunca que no...
Lo primero fue conseguir un molde de galleta con forma de patín sobre hielo cosa nada complicada. Lo segundo fue hacer las galletas, con tiempo suficiente para que estén frías a la hora de decorarlas.
Yo utilicé una vez más esta receta de Marisa Famalap que salen muy ricas y son muy fáciles de manejar. Yo cariñosamente les llamo las galletas de los 80 porque todos los ingredientes van en esa proporción.
80 gramos de almidón de máiz
80 gramos de almidón de yuca
80 gramos de harina de arroz
80 gramos de azúcar pulverizada
80 gramos de mantequilla
Un huevo M
Una pizca de goma xantana
Una pizca de levadura royal
Una pizca de sal
Aroma (vainilla, limón… lo que más nos guste)
Batimos el huevo con el azúcar, la mantequilla (en pomada) y el aroma. Añadimos los secos bien mezclados y empezamos a mezclar, cuando no seamos capaces de seguir mezclando con la cuchara lo volcamos en un mesado y poco a poco trabajando con la mano se va integrando la masa. Cuando esté terminada la envolvemos en papel film y la dejamos reposar un ratito en la nevera. Estiramos hasta dejar la masa de un grosos de 3 a 5 mm y cortamos con la forma que queramos darle. En el horno a 180 grados horneamos durante aproximadamente 12 a 14 minutos. Dependerá de la potencia que tenga nuestro horno. Dejad hueco entre las galletas ya que suelen crecer con el calor. Las enfriamos en rejilla.
Una vez frías las galletas (si es de un día a otro mejor) haremos la decoración con la glasa. Es importante pensar antes cómo las vamos a decorar para evitar cometer errores. Os lo digo porque yo hice unas pruebas donde las cuchillas no las dibujé como me gustaban y las hice sin tacón.
Para hacer la glasa tenemos que hacer dos tipos. La glasa de perfilar y la glasa de relleno. La de perfilar queda más espesa, con la consistencia de una pasta de dientes, la glasa de relleno la dejaremos más suelta.
Para hacer la glasa necesitamos clara de huevo, azúcar glass y unas gotitas de limón.
Levantamos con las varillas la clara de huevo (a la que habremos añadido las gotitas de limón) hasta que vayan cogiendo consistencia, sin llegar al punto de merengue y en ese punto vamos añadiendo azúcar, hasta que obtengamos la consistencia deseada. Si queremos teñirla de algún color haremos las divisiones necesarias.
Yo decoro con manga pastelera, para hacer el perfil utilizo la boquilla wilton número 2, y para el relleno la número 3. Es importante tener varias boquillas para poder trabajar cómodamente.

Para decorar iremos haciendo primero los perfiles. Cuando estén fríos hacemos el relleno y una vez que el relleno esté seco ponemos las decoraciones superiores.

Primer perfilado



Segundo perfilado 

























Galletas rellenas de glasa blanca











Decoración con hebillas y cordones